Expansión territorial Argentina

 
Escrbí este artículo hace muchos años para tratar de desterrar la idea de las perdidas territoriales de Argentina y tratar de mostrar cómo fue el proceso completo de formación de las frotneras nacionales más allá de una afirmación vacía. En un futuro espero poder expandir y profundizar mi trabajo para armar un estudio más complejo pero, mientras tanto, los invito a leerlo.
 



Por lo general la gente tiende a repetir una falacia que nos inculcaron desde la escuela "los argentinos somos unos boludos, desde 1810 que no hacemos otra cosa que perder territorio".
Muchos de los argumentos esgrimidos por los defensores de tal falacia es:

- Perdimos la Banda Oriental
- Perdimos Tarija
- La guerra contra el paraguay no nos dejó nada y solo le sirvió a Brasil.
- Chile nos negó la salida al Pacifico.

Pero lo cierto es que muy poca gente (incluso muy pocas de las personas con alto nivel educativo) siquiera conocen la realidad que existió en estos territorios luego de 1810 y, por lo general, solo les queda en la cabeza esa estupidez que nos enseñaron en la primaria, que Argentina por fuerza debería haber conservado los territorios que le pertenecían al Virreinato del Río de la Plata.


En la imagen se puede ver claramente que si la Argentina se ubiese constituido sobre los restos del Virreynato, hoy controlaría: Uruguay, Paraguay y Bolivia en su totalidad.
Pero es importante remarcar un error garrafal de todos los que tratan de interpretar la historia desde un mapa. El Virreynato del Río de la Plata existía como tal en los papeles y por obra del poder real que venía desde España. Si el rey afirmaba que los territorios de la Banda Oriental debían ser gobernados desde Buenos Aires, así sería, y si disponía lo contrario también se cumpliría.
Pero al desaparecer la figura del rey, con la invasión de Napoleon Bonaparte, a princpios del siglo XIX, el elemento aglutinador desapareció y todos los focos de poder que existían dentro del Virreynato comenzarón a reclamar el liderazgo regional.
En esta circunstancia era imposible que el territorio se mantuviera bajo el control de Buenos Aires, simplemente ninguno de los focos de poder tenía el poder para acaparar la supremacia sobre los demás.


Una vez que eliminamos las distracciones y nos centramos en el territorio que REALMENTE poseía el virreynato podemos ver que ya no es tanto como parecía ser.
La poderosa Buenos Aires apenas controla un 10% de lo que hoy es su territorio provincial, las actuales Cordoba, San Luis y Mendoza apenas tienen un 50% de su territorio actual e, incluso, la provincia de Santa Fe tiene frontera con los idios al norte y al sur.
La Banda Oriental se encontraba amenazada por los portugueses (de hecho este territorio fue siempre campo de batalla entre españoles y portugueses), lo mismo que Misiones que se adentraba directamente al territorio brasileño. Paraguay fue de los primeros en romper con el virreynato y nunca se plegó a los intentos de Buenos Aires de consolidar un gobierno.
Chile, al contrario de la creencia popular de muchos, jamás formó parte del virreynato, por lo que ya era un "estado" por su cuenta mucho antes de 1810.
En lo que respecta a los territorios del norte, su situación era delicada, ya que era el frente de batalla entre los revolucionarios y los realistas. Solo Tarija se plegó a las Provincias Unidas, pero fue imposible tener un gobierno sobre estos territorios dada la debilidad del poder de Buenos Aires y las constantes riñas internas.
Incluso viendolo muy por arriba, es muy claro que el Virreynato del Río de la Plata no era una unidad organica, se mantenía unido únicamente por la autoridad del rey y al desaparecer esta, la construcción que se mantenia por su poder se desplomó como un castillo de naipes.
Lo que quedó fue una serie de poderes locales que, primero, se solidarizaron en su guerra contra los españoles, pero que, una vez concuida esta, comenzaron un conflicto por ver quien era el que debía controlar a los demás.
El conflicto entre federales y unitarios fue, sin duda, uno de los problemas más grandes que tuvo el país y que frenó su expanción durante varias décadas.
Sin ir más lejos, la frontera sur del país apenas si se movió durante ese periodo (salvo la excepción de Buenos Aires que corrió sus fronteras unos cientos de kilómetros).

Esta imagen que adjunto es una resumen muy por arriba de como se encontraba el país aproximadamente en 1830. Hay muchas desprolijidades y obvie muchos detalles, pero mi idea no es dar una imagen puntillosa del proceso fronterizo (al menos no en este post, me falta mucha investigación para poder dar detalles como corresponde) sino que se pueda ver en un vistazo lo precario de la frontera en esos años.
En azul remarqué los territorios más antiguos de la argentina, que si bien llegaron a cambiar de manos durante su historia, casi no corrieron riesgo de haber caido bajo el poder de competidores locales.
En rojo se ve la expanción territorial de Buenos Aires durante el periodo de Rosas.
Casi no se ve bien, pero más abajo se encuentra la ubicación de la Fortaleza Protectora Argentina (Fundada en 1828 y que luego se volvería Bahía Blanca) y más abajo Carmen de Patagones, fundada por los españoles antes de 1810.
La frontera sur casi no cambió desde 1779, fecha en la que los espaoles expandieron un poco la línea fronteriza de Buenos Aires. Si bien el empuje hacia el sur fue constante, también fue lento y no fue sino hasta los tiempos de Roca en los que el país estuvo en condiciones de volver efectivo su poder sobre los territorios patagónicos.
Aunque el tema del indio siempre fue un problema en el sur (que se encontraba abierto a los malones), en el norte la situación era más delicada ya que era donde se encontraban los principales competidores del país.
Misiones, por ejemplo, pasó de manos varias veces, entre los brasileños, los paraguayos y los argentinos. El Gran Chaco también fue un territorio disputado entre la Argentina y Paraguay y solo la Guerra de la Triple Alianza aseguró la poseción argentina sobre estos dos territorios (Gran Chaco y Misiones), fijando la frontera entre Paraguay y Argentina en el Río Pilcomayo.


Aunque Argentina pretendía más territorio del que actualmente posee, sus ambiciones territoriales no lograron cristalizarse al 100%.
En 1878 el Presidente de Estados Unidos Rutherford B. Hayes se desempeñó como arbitro en el laudo entre Argentina y Paraguay, dandolé la razón a este último y cediendole la soberanía sobre este territorio (el cual, hoy día, lleva su nombre).
Aun con esta "perdida" territorial, no se puede negar que la guerra de la Triple Alianza, aunque trágica en si misma, representó una ampliación y un fortalecimiento de la frontera noreste del país, sobre todo con la recuperación de Misiones. (Ganancias territoriales argentinas 1870).
Es curioso que la cuestión de la frontera noroeste sea un poco menos conocido por la gente que no ha pasado de la historia básica de la primaria/secundaria.
Grande fue mi sorpresa, cuando comencé a interesarme un poco más por la formación del Estado Argentino, sobre la existencia de Tarija como una de las firmantes de la independencia Argentina, incluso siendo una provincia de las Provincias Unidas.
No voy a discutir en este post sobre la perdida de este territorio ya que es algo muy extenso y por ahora no tengo el tiempo como para investigar esto a fondo.
Sin embargo remarcaré una de las consecuencias de este conflicto fronterizo y esto es: La Puna de Atacama.
Este territorio se encontraba, hacia 1879, bajo control chileno como resultado de la Guerra del Pacífico. Sin embargo, como resultado de las negociaciones entre Argentina y Bolivia, este territorio fue cedido a nuestro país como compensación por Tarija.
No fue sino hasta 1898 que Argentina y Chile buscaron solucionar su conflicto fronterizo por medio de un laudo (ya que este territorio había sido excluido del tratado de límites de 1881).
El resultado del laudo fue ampliamente favorable para la Argentina que conservó el 85% de la superficie disputada (unos 64.000 kilómetros cuadrados).
Este nuevo territorio fue denominado Territorio Nacional de los Andes. Existió como tal hasta 1943 cuando, por su escasa población, este territorio fue disuelto y repartido entre las provincias de Salta, Jujuy y Catamarca.

La frontera sur fue, sin duda, una de las ganancias territoriales más grandes del país.
Si bien los indios de la zona resistieron el avance de los españoles (y luego de los revolucionarios) por cientos de años, sin duda su resistencia, aunque era tenaz, se vio ayudada por el hecho de que ninguno de los primeros conquistadores ubiese contado con los medios para hacer efectiva esta conquista.
Para 1879 Julio Argentino Roca lanzó su famosa "Campaña al Desierto", que fue el golpe final contra los indios.
La campaña de Roca se concentró en atacar a los indios en su territorio y aniquilar los focos de resistencia, penetrando en un movimiento de cuña.
Una de las columnas bajó desde mendoza, y otra, comandada por Roca, salió desde la provincia de Buenos Aires con rumbo a Choele Choele para luego reunirse en Neuquen con la columna mendocina.
Otras varias columnas descenderian hasta el interior del territorio pampeano para limpiar a los grupos que escaparan.
Si bien la campaña tuvo un exito sin precedentes, no fue la primera en actuar en la zona. Sin ir más lejos, Rosas mismo llegó hasta Choele-Choele.
La gran diferencia entre Rosas y Roca eran los medios de los que cada uno disponía.
No fue hasta 1860 que Argentina comenzó a articularse realmente como un país, dejando de ser una mera unión de provincias recelosas y desconfiadas las unas de las otras.
Esta unión de la nación fue la que permitió que se lanzara una campaña realmente exitosa, afianzando el dominio argentino hasta el Río Negro.
Sin embargo la colonización de la Patagonia también tuvo otros protagonistas no tan famosos como Julio A. Roca.
Para ir terminando con el articulo, quisiera destacar que, hacia 1865, el movimiento colonizador fue impulsado desde el estado nacional con el fin de acentar población en los territorios pretendidos.
Si bien, en la imaginación colectiva moderna, la patagonia es y fue argentina, esto no era algo cierto en el siglo XIX.
Para la gran mayoría de los estados, sobre todo los europeos, la patagonia era Res Nulus, osea, tierra de nadie. Incluso existió un efimero reino en la patagonia.
Quizás hoy día paresca una idea graciosa sobre un loco frances que quiso formar un país en las comarcas autrales. Lo cierto es que en su época no fue muy bien visto ni por Chile, ni por Argentina. Sin duda cualquier país europeo podría llegar con la idea de ocupar el territorio (como ya lo habían demostrado los ingleses con las Malvinas).
La colonización de la Patagonia fue uno de los primeros movimientos del Estado Nacional para asegurar su soberanía sobre este territorio.
Como ya dije, en 1865, se fundaron las colonias galesas en el valle del Río Chubut. Por suerte para el país, los políticos de aquella época no eran tan incompetentes como se nos dice hoy día, y se aseguraron de que esas colonias reconocieran la soberanía argentina (sino es probable que hoy los territorios del sur fueran conocidos como New Shout Wales!).
Otro hecho destacado, y mucho menos conocido por el ideario común, fue la acción del Comodoro Py (quien prestó su nombre para la calle de los famosos tribunales) quien navegó hasta Santa Cruz e hizó la bandera nacional en 1878.

Sin duda es muy claro que la Argentina es un estado que expandió sus fronteras sin parar desde 1810 hasta 1890. Las fronteras actuales del país son el resultado de 80 años de luchas contra vecinos y conflictos internos.
No cabe duda que las ganancias territoriales del país podrian haber sido mayores. Quizás la perdida más vergonzosa del país haya sido la de la Banda Oriental, por culpa de una política de Buenos Aires; pero sin duda las ganancias fueron mayores que las perdidas.
Argentina es, hoy día, el octavo país en cuanto a superficie. Entre los primeros diez se encuentran: China, Estados Unidos, Canada, Rusia, Brasil, Australia e India.
En esta lista se encuentran los dos contendientes de la guerra fría, potencias de primer orden y potencias de segundo orden, además de potencias emergentes.
Obviamente que esto no quiere decir nada sobre la calidad de nuestro país (por estár en esta lista no somos una potencia per se), pero si hablamos en terminos de conquista territorial, sin duda es claro que el resultado de las políticas expancionistas nacionales existieron y ubo un deseo de ampliar los territorios. La idea de que Argentina perdió territorio por sabotaje de su clase política o estupides de la misma, es una idea sin sentido que no se condice con la realidad que vemos.
Muchas de las perdidas territoriales que sufrió el país fueron el resultado de elegir el menor de dos males. Asegurar Tarija probablemente ubiese desatado una guerra entre Argentina y Bolivia (y quizás también con Chile), podriamos haber anexianado más territorio del Paraguay si las tropas argentinas se ubiesen dedicado a masacrar paraguayos una vez que la guerra se había ganado, la perdida de Uruguay fue, hasta cierto punto, un buen resultado dada la dificil circunstancia que vivía el país, sumido en guerra civil y en guerra contra el Brasil.
Lamentablemente existe una constumbre del pueblo argentino de desmerecer los logros nacionales, de un derrotismo constante y una necesidad de minimizar el poderio de la nación así como su historia.
Tratar de explicar esto sería dejar de lado la historia para sumirnos en la sociología, lamento que mis conocimientos sobre la materia sean reducidos, pero por ello me abstendré de profundizarlo.
De todas formas creo que mi objetivo está cumplido. Es muy claro que Argentina, en una escala global, NO perdió, DE NINGUNA MANERA, territorios, todo lo contrario. Desde 1810 en adelante se ha dedicado (con diferentes grados de éxito) a expendir sus fronteras y solo se detuvo cuando era imposible continuar creciendo sin el riesgo de desatar una guerra.