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Visita al al Observatorio del Colegio San José, donde tuve la oportunidad de conocer los equipos y ver las estrellas. Los invito a ver la serie de fotografías que saqué en esta oportunidad.
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Es el observatorio nuestro tallo más alto. En las alturas de una torre, donde el viento cala los huesos y las estrellas parecen estar al alcance de la mano, el científico solitario emprendió la tarea de ver más allá y descubrir mundos nuevos a través de telescopios, que como cerraduras por una puerta nos dan una mínima idea de que hay del otro lado.
Generalmente no tendemos a imaginar estos altares de la ciencia como un lugar accesible a todo el mundo. Los imaginamos sobre montañas, en bastos desiertos o dentro de universidades donde el universo solo se abre para los más sabios.
Pero esto no puede estar más alejado de la verdad. En nuestra querida Ciudad de Buenos Aires, en pleno Once, no solo existe uno de los telescopios más antiguos, sino que está abierto al público.
El Colegio San José alberga, desde 1982, a un entusiasta grupo de ex alumnos que dirigen el Observatorio, mantienen los equipos y realizan distintas tareas de investigación y difusión a la comunidad.
Recientemente tuve la oportunidad de visitar el observatorio y disfrutar del trabajo de esta gente que ha mantenido todo a pulmón y le dedica todo su amor a la pasión de observar los astros.
Para mi sorpresa descubrí que el cielo no está tan lejos y que es muy fácil poder visitar el observatorio y sumarse a los múltiples cursos para conocer los secretos de esta más que hermosa profesión.
Quienes quieran ponerse en contacto con ellos para consultar sobre el año lectivo 2015 puede hacerlo visitando su página, la cual contiene además, una enorme cantidad de información sobre la historia del colegio, el observatorio y los astros. Pueden acceder a la página en:
http://www.observatoriosanjose.com.ar/
No hablaré mucho más ya que la página contiene toda la información, los dejo que la visiten.
A continuación pueden ver las fotos que pude sacar en mi visita, la cual fue una experiencia fantástica. Agradezco la calidez de los miembros del observatorio y sobre todo a Paulo Fernández que fue quien me presentó.
Subiendo a la torre
Patio del Colegio
La iglesia y su torre
Listos para ver el cielo
El telescopio, marca Mailhat francés que ya ha cumplido cien años
Dos históricas imágenes de Saturno
